miércoles, 9 de noviembre de 2016

LA ILUSIÓN DEL SUEÑO AMERICANO

En este escrito quiere dar su perspectiva Matías A. Rodríguez, un joven argentino, estudiante de Historia. Sobre las elecciones de EEUU y evalúa la democracia.



¿Qué es la Democracia? Eso me pregunto, si con antelación la describimos como el sistema político que debe defender los intereses del pueblo, la misma tiene la capacidad de elegir, controlar y cambiar a su conveniencia a sus “representantes”. Este sistema fue reflexionado y criticado por muchos pensadores a través de la historia, en su mayoría del occidente, no obstante, no se dejan de lado otras críticas con meras falacias atacándola con extrema fuerza por parte de personajes nefastos. Por todo estas teorizaciones, se continua defendiendo que la libertad y la igualdad está siempre “garantizada”en su mejor medida en la, y por la democracia.

Sin embargo, la realidad no es así. Si es tan igualitario entre nosotros, la Sociedad y en Relación del Poder con el Estado y sus Personajes. ¿Por qué no hay cambios radicales? ¿Es mera reproducción de la ideología por medio de los aparatos y técnicas que utiliza el estado? ¿O la libertad y la igualdad han caído de nuevo en el privilegio y en la servidumbre? Pareciera que tuviera un constante afán de imitar el antiguo régimen que proliferaba en siglos anteriores.

Mientras tanto ayer en el norte, en estas instancias ya terminadas las elecciones, una democracia televisada por los medios masivos de comunicación a una escala global, con muchas miradas al respecto. Algunos en contra por su actitud Anti-Imperialista Yanki, otros a favor por los nuevos negocios a venir y luego, están los que no les importa pero están en la misma bolsa que sufrirá la crisis y la dependencia, si es un asalariado más.
En cómo funciona el sistema de sufragio en EEUU, es bastante interesante, un voto indirecto, la población no influye al total en la elección del vicepresidente y presidente, sino que deja eso a cargo de los  538 electores elegidos.

Además, de todas las propuestas en muchos estados como la legislación de la marihuana en el ámbito recreativo, la pena de muerte, el salario mínimo. Hay una muy extraña de por sí. En California hubo una sobre el precio de los medicamentos. Los electores pudieron decidir si el estado debe negociar con las compañías farmacéuticas los precios de los medicamentos. Lo explícito de todo esto, es que de los 115 millones de dólares invertidos en la campaña, 109 los han puesto las farmacéuticas contrarias a la medida. Vaya contradicción total es esta.

¿Cómo puede funcionar con seguridad el respeto del voto, aprobado o no, sobre esto? ¿Se puede confiar en la élite que tiene a su servicio la ilusión de la democracia y la igualdad? Pues claro que no, son de estas cosas contraproducentes que aparecen, que  se refutan por si solas. Como el régimen político va a ir en contra del que lo financia y lo mantiene.

Y al final, para rematar, después de la reelección de Daniel Ortega el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Mark Toner, en un comunicado transmitió la preocupación porque en las elecciones no hubo presencia de “observadores electorales internacionales e independientes”.Ya que está presente la censura por parte del gobierno de Ortega, la irónica preocupación de los EEUU, es casi de chiste. Ya que desde los años cincuenta Guatemala ha recibido intervenciones directas del gobierno de EUA, algo que jamás debemos olvidar, por eso hay que recalcar en la memoria histórica.

Solo esto, es un pequeño ejemplo de las políticas exteriores de los gobiernos estadounidenses que han perpetrado a lo largo de su historia. Revindicando a nuestra pregunta, qué es la democracia, debemos reformularla a nuestros días.

¿Qué lugar ocupa la democracia en el mundo globalizado?

La ilusión de la igualdad y libertad por medio de una aldea global que es la mejor manera de rectificar la dominación sobre las masas por medio de los aparatos ideológicos y de seguridad. Solo somos producto de lo que han hecho de nosotros, sin embargo debemos poner freno a eso, y tomar las armas a nuestro alcance. Porque claro, la lucha de clases se ha renovado hace cuatro décadas, y no va a dar nunca descanso de nuevo. 

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