sábado, 5 de noviembre de 2016

HERRAMIENTAS PARA EL CAMBIO



En estos tiempos que nos ha tocado vivir, se escuchan muchas soluciones para el cambio. Casi todas culpando a los políticos de lo ocurrido y buscando en ellos la solución o perdición. Antes de explicaros a lo que me refiero. 

Intentare poner un ejemplo: Cuando llegamos a ver un tornillo que hay que apretar o bien poner en su sitio no le hablamos al destornillador o llave para poder apretar el tornillo. Sabemos que nada ocurrirá. Pues lo mismo ocurre con el sistema que tenemos en España y en casi todo el mundo. Es una monarquía representativa, la cual sin ellos no se puede hacer nada. Es cierto que para mi no es el mejor modelo, pero ponerse hablar en estos momentos de otros modos de democracia nos quitaría todo el escrito al cual va dedicado.

En el sistema actual todos los cambios se hacen a través de los que se supone que son nuestros representantes, no tenemos forma directa de acceder a cambiarlo. Solo nos queda una opción y es presionar para a estos representantes para que acudan al cambio. No penséis que con el mero hecho de votar a un partido hará algo para el pueblo aunque quiera, eso no ocurrirá. Sobre todo porque incluso nuestro país carece de esa soberanía y que está supeditada a los deseos de Europa, que no se nos olvide que esto lo votamos nosotros y dimos un SI muy grande para que se llevara a cabo.

Después tenemos otro gran problema, este no se ve ni se aprecia, no está escrito, pero es muy efectivo, creo que aun mas que el anterior. Es el poder financiero, este es quien tiene un poder tan efectivo que pasa desapercibido por mucha gente. Algunos le llaman casta, otro caciquismo, pero la cuestión es que existe y que últimamente están tan envalentonados que ni se esconden. Puedes ver como ciertas personas (como ya hablamos en “meter en cintura “casi declaran amenazas contra algunos políticos que quieren intentar hacer algo para el pueblo. Como es lógico y no tienen el respaldo del pueblo, tiene que ceder ante tantas presiones y espera el momento idóneo o el apoyo popular para hacer los cambios. Pero el problema es que esas presiones cada día aumentan, hasta que terminan por olvidarse del pueblo.


Todo esto cambia en el momento que el pueblo salga a la calle a manifestarse a pedir soluciones. Las hay para estar todos los días en la calle, pero de manera organizada, para que incluso los políticos dados al cambio se sientan respaldados por el pueblo. Usemos las herramientas y de manera adecuada. Incluso la historia lo demuestra.

2 comentarios:

  1. Plenamente de acuerdo. Si el pueblo tomara conciencia de su poder y además estuviera dispuesto a ejercerlo, otro gallo cantaría en esta democracia de mentirijilla, en esta dictadura encubierta donde manda gente no votada a través de una enorme presión sobre los políticos tanto directamente como a través de los medios de comunicación. La gente debería tomar conciencia de que si queremos democracia de verdad tenemos que implicarnos todos. Es la única forma de desenmascarar a los periodistas fariseos, de contrarrestar la presión de los poderes fácticos, de atar las manos a los políticos vendidos (y jueces vendidos, que también los hay) y de dar fuerza y empujar a quienes de verdad quieran representarnos. La ausencia de esa conciencia y disposición a actuar significa mantener el actual status de las cosas y el actual régimen al que nos empeñamos en llamar democracia y no es. En el fondo tenemos una dictadura de los poderes fácticos, ejercida a través de sus manijeros -presidentes de gobierno-, y en la forma tenemos una sucesión de dictaduras de cuatro años, en la que nos limitamos a votar para ratificar o cambiar al referido manijero, supuestamente en base a un contrato (programa electoral), tras lo cual nos cruzamos de brazos y dejamos que el recién elegido se sienta con permiso y poder para hacer todo lo que quiera, como quiera, y cuando quiera, sin contar con nosotros, sin respetar el programa contratado, sin mantener ninguna vinculación con el pueblo que le elige, gobernando normalmente en su contra. La Democracia no es algo que se tenga. Es algo que se ejerce, o no se tiene.

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