EL PROBLEMA CATALÁN

          Creo que estas palabras enfadaran algunos catalanes y españoles. Sobre todo a los que ven el problema como una cuestión de banderas, cuando los catalanes en realidad tienen las mismas dificultades que españoles. Los cuales no creen que se solucionen con la secesión, que si lo hacen de manera legal, les ampara el derecho internacional. Quiero advertir antes de todo que no me gustaría que se independizara nadie de España, aunque espero que algún día lleguemos a un país más federado, pero son cosas para hablar en otro escrito.

       Lo que ocurre en esa parte de España es que una cierta elite está tapando sus vergüenzas e intentando canalizar el descontento del pueblo. ¿Acaso los ciudadanos de Cataluña no sufren los mismos problemas que el resto de  España? ¿No se han visto sometidas a las mismas políticas? Quizás mi visión sea diferente porque no me gusta alimentar nacionalismos vanos. No se puede defender el nacionalismo o internacionalismo sin pensar en los ciudadanos que lo componen y solo acogiéndose a los símbolos. Con proclamas “España nos roba” Cuando el latrocinio ha sido el mismo que fuera de la región. Claro que Cataluña necesita más independencia, pero lo mismo que todos los rincones del país, pero encaminado a solucionar los apuros cotidianos que tienen todos y que dudo que la separación unilateral lo solucione. Seguro que un catalán tiene el mismo problema que un gallego o andaluz. Seguro que el problema lo encontramos si miramos la historia y miramos un siglo atrás cuando en Barcelona, con muchísimos problemas decidieron llevar a cabo una huelga general, que se expandió por todo el país.

       Entonces no estaban contaminados y tenían las cosas más claras. Decía Salvador Seguí el  4 de octubre de 1.919: “Los trabajadores de Cataluña no necesitan la independencia nacional. En Cataluña no existe otro problema que el de todos los pueblos libres del mundo. En toda Europa, un problema de descentralización administrativa que todos los hombres liberales del mundo aceptamos, pero un problema de autonomía que esté lindante con la independencia, ese no existe en Cataluña, porque los trabajadores de allí no queremos, no sentimos ese problema, no solucionamos ese problema bajo esas condiciones”

       Fue entonces cuando empezaron a buscar la salida para los problemas reales, aunque diferentes a los de ahora, afectan a los mismos y que empezaron a dar su fruto con mejoras laborales y la búsqueda del estado de bienestar.  A lo mejor seremos derrotados como en la huelga general de 1917, pero es el camino para conseguir lo que se consiguió 2 años más tarde y que volvió a salir de Barcelona en la Canadiense y que se expandió por todo el país.